Este Primero de Mayo, más allá de hablar sobre la importancia histórica de esta fecha y los hechos previos y posteriores que sobrevinieron durante los siguientes años de lucha de la Clase Obrera por sus derechos fundamentales, es oportuno señalar que en esta coyuntura histórica el rol que nos corresponde asumir como clase obrera trasciende lo reivindicativo.
Nos corresponde afrontar a un enemigo invisible que ha generado innumerables pérdidas de vidas humanas en todo el mundo. La pandemia, producto del Virus Covid19 ha arreciado durante este año debido a las distintas variantes que se han generado en países como Brasil, por ejemplo. Solo la consciencia social de la prevención, las medidas de bioseguridad y el distanciamiento son las únicas herramientas con las que contamos para romper la cadena de contagio. En este marco la clase obrera venezolana se ha mantenido al frente de la batalla productiva y por la salud de nuestro pueblo.
Vaya un reconocimiento profundo a nuestro ejército de batas blancas quienes luchan en cada centro de salud contra este enemigo invisible.
Nuestra lucha como pueblo trabajador no solo se da en un contexto de pandemia mundial, además de las medidas coercitivas ilegales y unilaterales que el imperialismo mundial nos ha impuesto y que ha costado a la República Bolivariana de Venezuela incalculables pérdidas en recursos económicos y materiales. Hoy enfrentamos una guerra fomentada desde el territorio colombiano en contra de nuestra soberanía, ahí, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, impregnada del espíritu y la valentia de nuestros padres libertadores ha dado una batalla histórica por la defensa de nuestra soberanía e independencia garantizando la paz y la libertad en todo nuestro territorio, y es por ello que hoy primero de mayo debemos hacer un reconocimiento a todos esos hombres y mujeres que componen nuestra fuerza armada.
Si hoy sigue vigente el legado de nuestro Comandante Eterno, es porque al frente de la Revolución Bolivariana tenemos a un hombre trabajador como ninguno, comprometido con el legado de Chávez, como lo es nuestro presidente obrero Nicolás Maduro.
Para retribuir tan grande compromiso, los trabajadores y trabajadoras de la industria petroquímica nos unimos al compromiso de los obreros y las obreras del Petróleo, de las empresas básicas de Guayana, empleados públicos, del sector Eléctrico, la Salud, la Construcción y del Cemento, Agricultores y Pescadores, quienes organizados en CPTT, en Organizaciones Sindicales, en Cuerpos Combatientes y en Delegados de Prevención hemos asumido el reto de construir un Sistema Nacional de producción, distribución y justo intercambio mediante la implementación de un Modelo Empresarial de Gestión Socialista para satisfacer la necesidades del pueblo venezolano, recuperar la producción de la industria petrolera hasta alcanzar la meta de 1.5 millones de barriles diarios, la recuperación de nuestra industria petroquímica y del Gas, como elementos primordiales en la recuperación de todo el parque industrial nacional.
Presidente Obrero Nicolás Maduro, La Clase Obrera Petroquímica ratifica su compromiso con la Patria de Bolívar, el legado de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez y ante el mundo, nuestro total y absoluto rechazo a las agresiones del imperio norteamericano.
Hacemos una llamado a los trabajadores del mundo a luchar por la paz, pues estamos seguros que un mundo mejor es posible.
¡Viva el primero de Mayo!
¡Que viva la clase obrera del mundo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario